Se meten en se cruzan en el camino, te sacan de la carretera, ponen en peligro a otros con su forma de conducir, no se muerden la lengua ni reducen la velocidad, y mientras tanto, destrozan muchos coches. A menudo son secundarios, a veces ganadores y raramente campeones. Son de todas las épocas, incluso de la actual. Ellos son los chicos malos de la F1. Hoy en nuestra serie de los chicos malos en la Fórmula 1: Andrea de Cesaris.
No pasa mucho tiempo antes de que Andrea de Cesaris reciba el apodo de ‘De Crasheris’. Se lo busca él mismo, porque si en los años ochenta y principios de los noventa ves una nube de polvo y piezas volando, es muy probable que el italiano haya iniciado una de sus famosas maniobras de adelantamiento.
Por lo general, él mismo es la víctima, como en 1985 en un aparentemente inocente trompo en Zeltweg. De Cesaris logra convertir este pequeño incidente en el famoso circuito austriaco, cuyo borde de la pista es bastante accidentado, en un mega accidente que años después se convierte en un gran éxito en YouTube. Búscalo.
Después de todos esos años de accidentes, trompos y coches destrozados, finalmente llega la redención cuando De Cesaris firma con Jordan en 1991. Esto le da una nueva reputación en el otoño de su carrera: la de un veterano confiable. Que de vez en cuando se estrella inexplicablemente contra las barreras, eso sí.