Se ha mencionado en tono de broma como una maldición, pero para Charles Leclerc en Mónaco, la tercera vez resulta ser la vencida. Después de dos intentos fallidos desde la pole, el monegasco de Ferrari finalmente logra capitalizar su posición de pole el domingo. Después de 78 vueltas, es aclamado como el merecido ganador del Gran Premio de Mónaco en su ciudad natal. Detrás de Leclerc, Oscar Piastri y Carlos Sainz se llevan el segundo y tercer lugar. Max Verstappen, después de una difícil clasificación que lo llevó a partir desde el sexto lugar, termina en la sexta posición.
La edición de 2024 no pasará a la historia como una carrera emocionante a la antigua. La emoción comienza desde el inicio. Desde la pole, Charles Leclerc arranca bien, pero detrás de él se desata un caos total. Oscar Piastri roza ligeramente el Ferrari de Carlos Sainz, lo que provoca que este último sufra un pinchazo y pierda el control. Al salir del Casino, se ve obligado a estacionar su auto.
Esto significa que Max Verstappen, partiendo desde el sexto lugar, gana una posición de inmediato, pero en la retaguardia, las cosas se ponen aún peor. Cuando Kevin Magnussen aprieta su Haas junto al Red Bull de Sergio Pérez en un espacio demasiado estrecho, el mexicano es catapultado. El resultado es un fuerte accidente, en el que también se ven involucrados Magnussen y su compañero de equipo en Haas, Nico Hülkenberg. Esto provoca la aparición de la bandera roja. Para sorpresa de muchos, los comisarios consideran que se trata simplemente de un incidente de carrera, por lo que el danés se libra de recibir nuevos puntos de penalización (y por ende, una suspensión).
En el momento de la bandera roja, los pilotos de Alpine, Pierre Gasly y Esteban Ocon, ya habían tenido un enfrentamiento en la entrada del túnel. La carrera también termina inmediatamente para Ocon. El jefe de Alpine, Bruno Famin, está furioso con Ocon, a quien culpa del incidente.
Escenario ideal para Leclerc
Toma algún tiempo limpiar los escombros de la pista y reparar las barreras de seguridad. Cuando la carrera se reanuda después de casi tres cuartos de hora, el Ferrari de Sainz ha sido reparado y el español retoma su posición inicial (P3), mientras que Verstappen tiene que volver a la acción desde P6.
Esta vez, la salida se desarrolla sin problemas significativos. Leclerc vuelve a tener una buena salida. Inmediatamente logra abrir una pequeña brecha con Piastri, quien, con daños leves en el piso de su coche, tiene dificultades para seguir el ritmo. Para Leclerc, este resulta ser un escenario ideal. Piasti, Sainz y Lando Norris le siguen de cerca, pero detrás de ellos, rápidamente se abre una brecha considerable con George Russell y Max Verstappen. Verstappen está atrapado detrás del Mercedes de Russell y se queja por la radio de que es monótono. «Debería haber traído una almohada», dice con cierto sarcasmo.
Después del caótico inicio, la carrera se ha convertido en un desfile, como suele suceder en el Principado. Lance Stroll golpea la barrera de seguridad con la parte trasera izquierda, pero puede continuar hasta el pit lane con el neumático pinchado para cambiarlo por uno nuevo.
George Russell sigue corriendo hasta la meta en los neumáticos medios después del reinicio, mientras Max Verstappen, que sí hizo una parada en boxes, le sigue de cerca. Adelantar es casi imposible en el circuito de Mónaco, como bien sabe el holandés. Por lo tanto, no puede aspirar a más que la sexta posición detrás del piloto de Mercedes.
En la cabeza de la carrera, Leclerc es el primero en cruzar la línea de meta, finalmente lo ha logrado. Desde las gradas, se escucha un fuerte aplauso para el héroe local. Detrás de él, hasta la última vuelta es emocionante ver quién acompañará al monegasco en el podio. Piastri, Sainz y Norris conducen en fila hacia la bandera a cuadros y cruzan la línea de meta en este orden.
