Por favor, proporcione el texto que desea que se corrija, se mejore y se traduzca.Este año se conmemora el décimo aniversario del trágico accidente que sufrió Jules Bianchi durante el Gran Premio de Japón, donde sufrió una grave lesión cerebral. Tras permanecer medio año en coma, el piloto francés lamentablemente falleció, dejando una profunda huella en la Fórmula 1. Nuestro experto en tecnología, Ernest Knoors, explica cómo la seguridad en este deporte ha mejorado desde entonces.
Desde el sombrío fin de semana de la Fórmula 1 en Imola en 1994, se han implementado numerosas medidas para incrementar la seguridad de los vehículos y los circuitos. Durante mucho tiempo, se debatió sobre la protección del área más vulnerable del piloto: la cabeza. La barra antivuelco por sí sola no es suficiente, como quedó demostrado con el grave accidente de Jules Bianchi en Japón. El francés chocó contra una grúa y sucumbió a las graves lesiones cerebrales que sufrió. El fatal accidente del piloto de Indycar, Justin Wilson, quien recibió un golpe en el casco con una pieza de otro vehículo durante una carrera y murió como resultado, también demostró que la barra antivuelco por sí sola no proporciona suficiente protección.
Se han probado diversas opciones, con Indycar optando finalmente por un aeroscreen. La Fórmula 1 prefiere el halo, una barra de titanio que se coloca sobre la cabina desde 2018. Recuerdo que al principio hubo mucha resistencia por parte de los pilotos y los aficionados, principalmente porque esta solución va en contra de la esencia de las carreras de ruedas abiertas», recuerda Knoors. «Pero después de varios accidentes graves, se hizo evidente que el halo es una valiosa adición al deporte. Previene lesiones y salva vidas. Ahora, es difícil imaginar la Fórmula 1 sin él y nos alegra que esté ahí».
Bianchi, padrino de Charles Leclerc, fue el primer piloto que murió en la F1 desde Ayrton Senna en 1994. En la nueva edición de la revista FORMULA 1, Knoors explica las medidas de seguridad que se han tomado en la F1 en los últimos treinta años.