Red Bull enfrenta el desafío de desarrollar sus propios motores para el equipo de Fórmula 1 en 2026. Con la ayuda del gigante automotriz Ford, el bólido de Max Verstappen pronto funcionará con una fuente de energía de fabricación propia. Un gran desafío para los actuales campeones, que hasta ahora han podido confiar en la experiencia del proveedor Honda. Sin embargo, el jefe de equipo, Christian Horner, no está demasiado preocupado por el desarrollo de un motor Red Bull.
Aún no está claro cómo serán exactamente las nuevas regulaciones. Sabemos que los coches de F1 de 2026 confiarán aún más en sus sistemas híbridos. Finalmente, la potencia debe distribuirse equitativamente entre la batería y el motor de combustión interna. Con estas nuevas regulaciones, Red Bull confiará en una fuente de energía propia. Los expertos expresaron su preocupación sobre la viabilidad de un proyecto de este tipo, pero según Christian Horner, no hay motivo para el pánico.
«Todo va según lo planeado», dijo el jefe de equipo en la previa del GP de China. «Siempre es difícil saber cómo nos comparamos con la competencia, pero detrás de escena se está trabajando muy duro. Es literalmente una carrera contra el reloj hasta el inicio de 2026». Horner admitió que Red Bull tiene una tarea difícil, pero no se dejará intimidar fácilmente. «En cuanto al motor, hemos aplicado una curva de aprendizaje agresiva como nuevo fabricante. Pero el equipo realmente está enfrentando este desafío».
En los últimos años, Red Bull ha demostrado ser supremamente poderoso en la era del efecto suelo. Los bólidos diseñados por el jefe de diseño Adrian Newey han sido el estándar desde 2022. Con la implementación de las nuevas regulaciones, esto podría cambiar. «Dos años es muy poco tiempo», se lamentó Horner. «Pero tenemos un cronograma claro y hasta ahora hemos alcanzado todos nuestros objetivos».
